viernes, 14 de agosto de 2015

VIERNES 14 DE AGOSTO DE 2015


Servid al Señor con alegría
La alegría es un distintivo de los hijos de Dios, de los hijos de la luz. La luz da vida, fuerza y alegría, en contra de la oscuridad que da temor, abate el espíritu y nos llena de tristeza y melancolía. El Señor nos quiere alegres incluso en las adversidades. Cuando llevamos con alegría y resignación nuestras cruces, el Señor usa esa entrega, esa actitud para hacer crecer nuestro espíritu y salvar almas.
Pero para ello es primordial, imprescindible pedirle al Señor:
Lava del todo mi delito, limpia mi pecado
Aparta de mi pecado tu vista, borra en mi toda culpa
Pues el pecado es la rémora que nos arrastra, que nos impide tener alegría y por tanto nos aleja del Señor.
Pero el Señor que sabe todo y ha preparado todo, ya nos ha dado la forma de levantarnos y limpiarnos EL SACRAMENTO DE LA CONFESIÓN.
Una vez que acudimos a la confesión, " un corazón contrito y humillado el Señor no lo desecha", sólo nos resta pedirle a Dios:
Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme; no me arrojes lejos de tu rostro, no me quites tu Santo Espíritu.
Nunca debemos olvidar que EL nos hizo y somos suyos, su pueblo y ovejas de su rebaño
Con el corazón limpio y con la alegría que nos da el sabernos hijos suyos, ovejas de su rebaño, tenemos la certeza de que
El nos alienta en nuestras luchas, hasta el punto de poder nosotros alentar a los demás en cualquier lucha.

QUIEN ENTREGA SU VIDA POR AMOR, LA GANA PARA SIEMPRE.

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